
Desde entonces vivo asumiendo, conformándome, adaptándome a todo lo que venga sin demasiadas expectativas ni ilusión. Los cuatro amigos/as que se quedaron y que aún hoy me aguantan, saben el esfuerzo que he tenido que hacer. Igual no saben que mi vida es muy Géminis y está plagada de "subes y bajas", tú lo sabes mejor que me lees desde hace más de dos años.
La semana pasada volví a encontrarme con uno de los mayores fantasmas de mi pasado, quizá el desencadenante de todo lo que vino después. Lo escribí en aquel post titulado "Nubes que se abren", la ilusión que me hacía que la vida me diera una segunda oportunidad para demostrar que no soy tan mala, I swear.
Y ella me invitó a la fiesta de antiguos alumnos/as, y me emocioné. Hoy la he llamado y me ha dicho que no sabe por qué lo hizo, que no le apetece que vayamos juntas, que no tenemos nada que hablar, que le he hecho mucho daño...
Y ahí es cuando he vuelto a hundirme en mi miseria, la gente me dice que la madura he sido yo, que ella es la insegura, que yo no tengo la culpa, que me he enfrentado de la mejor manera a la situación, que he demostrado muchas cosas...
Pero yo me siento fatal, me siento rechazada de nuevo, que he estado muy cerca de volver a ser normal, de volver a sentirme útil, que no entiendo por qué ha jugado conmigo, que mañana cumplo treinta años y no he hecho nada nuevo... Se apagan los veinte y sigo siendo igual, nada para recordar.
Que no es que vuelva a mis frases derrotistas, a mis momentos kafkianos cargados de "odio al mundo"... Simplemente es un palo, lo superaré, imagino, como todo se supera y todo pasa. Pero cansa, me canso...
Conclusión: la fiesta que me lleva torturando más de un mes se queda en lo que en principio iba a ser, una fiesta a la que no iré y en la que no pensaré. Pero quería ir, iba a demostrar tantas cosas...
1 comentario:
Siempre nos queda la opción de ir y decir que nosotros inventamos los post-it. A cuadros se iban a quedar.
Publicar un comentario