Tacto, tocar...

Hoy observando a un perro (no me gustan los perros, bueno, los animales en general), pues le miraba y me acordé de "Cira", la perra que tenía mi amiga Elena; era cariñosa, era como una persona, una amiga más. Y bueno, se murió hace tiempo. Al recordarla sentí el tacto de su pelo, espeso, de sus orejas... Lo que me gustaba pasear con Elena y que me dejara llevar a Cira, llamar a su puerta y oirla ladrar.

Hace tiempo escribí sobre los olores y sus recuerdos, hoy me vienen a la mente los recuerdos del tacto.

El tacto áspero de la cara de mi abuelo cuando llevaba dos días sin afeitarse. La suavidad de un peluche que me regalaron de la tienda "Así", la tienda más pija (quiero decir cara) de Madrid en lo que a peluches y juguete pijos (caros) se refiere; una vaquita que me regaló mi primer novio serio. El pelo de mi madre, es tan peculiar. Los mofletes de Gus, geniales cuando disparaban bolis. Los puños del manillar de mi triciclo amarillo, con el que era la reina del pasillo. La suavidad y el calor de la bufanda naranja y morada de "la uruch" (que se la hizo su hermana). Jugar al corro de la patata y sentir las cicatrices de la mano de mi hermano, se la quemó cuando era un bebé y nadie en el cole le quería dar esa mano, siempre se la daba yo, encantada. Las teclas de mi primer ordenador, casi no sabía manejarlo y simplemente tecleaba, me creía que estaba en una oficina, o algo así. El tacto de la mano de Dan, cuando estamos viendo la TV y digo: "mano!" y él (si no la tiene ocupada...) me la da. El gotelé de la pared de mi casa, cuando me independicé y me lié a hacer agujeros con el taladro, llené todo de cuadros...

El tacto también puede recordarse. Espero que me cuentes...cosas... Qué recuerdas??