Pasar unos días con la familia es genial, pero todo cansa y todo satura. Mi cuerpo estaba sufriendo (el que sea capaz de mantener una dieta en vacaciones, en el pueblo, con tu madre haciendo comidas ricas y grasientas todo el día, que me diga cómo). Y mi mente empezaba a recordar por qué me fui de casa y q
ue la familia en dosis pequeñas se disfruta mucho más. Por lo tanto, diez días en el pueblo fueron suficientes. Regresé a la ciudad.
Voy y vengo en tren, lo adoro. El traqueteo, las estaciones intermedias, con besos de despedida en el andén, lágrimas y miradas confusas. Ya conoces mi condición de maniática (o neurótica o como quieras llamarlo); no me gusta llegar sola a la estación, buscar desesperada la vía por la que sale mi tren, ver a la gente diciendo adiós a alguien… Pero la mayoría de las veces lo hago, voy sola. Me gusta que la Uruch me acompañe, creo que lo hace porque me conoce demasiado y sabe que no me gusta estar sola. Me gusta comprar el periódico y exprimirlo al máximo en el trayecto, me gusta la ventanilla, me gusta cuando anuncian que estamos llegando y sé que Dan me está esperando, y no regresaré sola a casa.
El tren tiene un punto grandioso, la libertad, el sonido del movimiento. Uno de los grandes viajes que hice en tren fue el año pasado a Donosti en tren cama en 1ª clase. Eso fue único, dormir mirando a las estrellas. Otro viaje interesante fue a Vigo por la noche, no era tren cama y fue una noche horrible! Pero la compañía de “la reina sudoku” lo hizo divertido. Hace ya algunos años.
Volviendo al presente (gracias), pasé 5 días en Madrid haciendo básicamente nada, o todo. La piscina de mis hermanas Hallywell (amigos con piscina, la suerte de mi vida!), algunas cañas aquí y otras allá, una fiesta que acabó horrible, con mi abandono forzado de la misma por diferencias (o indiferencias) con el homenajeado. Y sobre todo ultimando los detalles del viaje del año, que ganas de recorrer mundo y ver cosas diferentes!! Bélgica y Holanda, lo típico, Bruselas, Brujas, Ámsterdam… y algunas ciudades en el camino. Disfrutarás de esa historia en la parte III.
No me preguntas por qué en dos post seguidos ha salido el tema de “la reina del sudoku”? yo te lo digo: tras casi un año sin hablarnos y cuando todo estaba perdido, me la encontré en el msn y charlamos, charlamos… de nada en particular, sólo sé que hubo algo. Algo que surgió sin más, no quiero analizarlo demasiado, quiero que siga surgiendo.
La idea de viajar con la mochila a cuestas, ver 5 ciudades en 7 días, dormir en cualquier B&B, Hostel o Albergue compartiendo baño, etc… no me ha seducido nunca, soy más de maletilla de ruedas con el bolso de mano a juego. Pero en realidad he viajado más a lo cutre que a lo pijo, en realidad es que soy cutre. Hace un par de años me fui a Clairegoutte (un pueblo a 400 Km de París) sola, a un campo de trabajo, aventura recomendada al 100%. La reconstrucción de un cementerio con 20 personas que no hablaban español fue todo un reto. Volví con piojos, esa es una de las anécdotas graciosas…Y este año el plan era ese, ser cutre y repetir camiseta. Por lo tanto, estuve preparando la mochila para no ser (una vez más) la que destaca por el macuto más grande, la que sobrepasa el límite permitido en facturación, y la que va cargada de modelitos que no se pone. Orgullosa estoy de las 4 cosas que me llevé y de que mi macuto fuera el más pequeño.
Voy y vengo en tren, lo adoro. El traqueteo, las estaciones intermedias, con besos de despedida en el andén, lágrimas y miradas confusas. Ya conoces mi condición de maniática (o neurótica o como quieras llamarlo); no me gusta llegar sola a la estación, buscar desesperada la vía por la que sale mi tren, ver a la gente diciendo adiós a alguien… Pero la mayoría de las veces lo hago, voy sola. Me gusta que la Uruch me acompañe, creo que lo hace porque me conoce demasiado y sabe que no me gusta estar sola. Me gusta comprar el periódico y exprimirlo al máximo en el trayecto, me gusta la ventanilla, me gusta cuando anuncian que estamos llegando y sé que Dan me está esperando, y no regresaré sola a casa.
El tren tiene un punto grandioso, la libertad, el sonido del movimiento. Uno de los grandes viajes que hice en tren fue el año pasado a Donosti en tren cama en 1ª clase. Eso fue único, dormir mirando a las estrellas. Otro viaje interesante fue a Vigo por la noche, no era tren cama y fue una noche horrible! Pero la compañía de “la reina sudoku” lo hizo divertido. Hace ya algunos años.
Volviendo al presente (gracias), pasé 5 días en Madrid haciendo básicamente nada, o todo. La piscina de mis hermanas Hallywell (amigos con piscina, la suerte de mi vida!), algunas cañas aquí y otras allá, una fiesta que acabó horrible, con mi abandono forzado de la misma por diferencias (o indiferencias) con el homenajeado. Y sobre todo ultimando los detalles del viaje del año, que ganas de recorrer mundo y ver cosas diferentes!! Bélgica y Holanda, lo típico, Bruselas, Brujas, Ámsterdam… y algunas ciudades en el camino. Disfrutarás de esa historia en la parte III.
No me preguntas por qué en dos post seguidos ha salido el tema de “la reina del sudoku”? yo te lo digo: tras casi un año sin hablarnos y cuando todo estaba perdido, me la encontré en el msn y charlamos, charlamos… de nada en particular, sólo sé que hubo algo. Algo que surgió sin más, no quiero analizarlo demasiado, quiero que siga surgiendo.
La idea de viajar con la mochila a cuestas, ver 5 ciudades en 7 días, dormir en cualquier B&B, Hostel o Albergue compartiendo baño, etc… no me ha seducido nunca, soy más de maletilla de ruedas con el bolso de mano a juego. Pero en realidad he viajado más a lo cutre que a lo pijo, en realidad es que soy cutre. Hace un par de años me fui a Clairegoutte (un pueblo a 400 Km de París) sola, a un campo de trabajo, aventura recomendada al 100%. La reconstrucción de un cementerio con 20 personas que no hablaban español fue todo un reto. Volví con piojos, esa es una de las anécdotas graciosas…Y este año el plan era ese, ser cutre y repetir camiseta. Por lo tanto, estuve preparando la mochila para no ser (una vez más) la que destaca por el macuto más grande, la que sobrepasa el límite permitido en facturación, y la que va cargada de modelitos que no se pone. Orgullosa estoy de las 4 cosas que me llevé y de que mi macuto fuera el más pequeño.
Quedamos en recoger (Dan, divino todo él, nos llevaba al aeropuerto) a las hermanas en su hogar. Sorpresa, Dan y yo no podíamos abrir la puerta de mi casa (por dentro), estábamos encerrados!!! Me dio una crisis en plan “perdemos el avión
, me muero, estoy hiperventilando!!!!!!”, después de varias llamadas al 11888 para conseguir un cerrajero de urgencia (no es tan fácil como parece en el anuncio) y de algunos vecinos intentando ayudar desde fuera, me dio por hacerme la MC Gyver y desmontar la cerradura, fue así (o eso creo) como conseguí abrir la puerta.
Próxima entrega “Mis vacaciones III, escondidas en Brujas??”

Próxima entrega “Mis vacaciones III, escondidas en Brujas??”

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